No tenía formación como cantante de jazz, pero tomó ejemplo de los artistas afroamericanos más populares, como la también cantante de blues Bessie Smith, para desarrollar su enfoque musical. Su fraseo, entonación y la sutileza de sus letras hicieron de ella una personalidad única en el mundo del jazz y de una influencia absoluta en las siguientes generaciones.
Sus baladas en los años cuarenta le dieron gran renombre. Su relación artística con el saxofonista Lester Young es uno de los capítulos más intensos de la historia de nuestra música. Y también su vida personal fue intensa, emocionante y, a veces, muy dolorosa. Así eran sus grabaciones de los años 50, como fiel reflejo de su vida.
Murió en Nueva York, en 1959, y deja una autobiografía interesantísima de su trayectoria artística y el mundo del jazz de la primera mitad del siglo XX.
Nuestro programa de hoy también contiene unos temas de Art Blakey y Herbie Hanckock. La música de jazz es infinita.